La sirena y el centauro se enamoraron. A pesar que los dioses no dieron el consentimiento, los dos se las ingeniaron para verse y tener sexo. Unos meses después, las olas, la espuma y las caracolas tocaban una hermosa melodía para arrullar al recién nacido. La sirena tuvo su parto a orillas de la playa y su amante, mitad hombre y mitad caballo, la asistió en el alumbramiento. El centauro emocionado vio que las pequeñas patas de caballo era lo primero que salía de su primogénito.
El centauro quedó aturdido al ver el cuerpo de la criatura que parió la hermosa sirena. No se parecía en nada a él, en especial, ese hermoso y brillante cuerno que le brotaba de su frente y que lo distinguía como todo un unicornio.
Que lindo y tierno 🙂
Me alegro que te gustara amiga.
Que bello relato.
Me encantó.
Un besote y fuerte abrazo.
Besotes mi niña poetisa!
What a beautiful tale, Edwin. I used to want to be a mermaid. I was so fascinated by Hans Christen Anderson’s “The Little Mermaid”. This reminded me of it.
jajaja You can use your imagination when youa are swimming I visualze like a mermaid! 🙂
Todo lo que sea un amor real es maravilloso, y más entre parejas tan distintas :)..original!
🙂 UN BESO EDWIN.
Un abrazote amiga!!!
UN ABRAZOTE CON LA BELLEZA DEL CENTAURO Y LA HERMOSURA DE LA SIRENA 🙂
¡Viva la belleza! Eres genial.
🙂 !!!
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que precioso nacimiento, me gusto, es muy tiertu este relato. abrazos
Gracias 🙂 amiga!!